Savasana: la relajación final
La postura del cadáver
Savasana, postura del cadáver o postura de la muerte, es una posición supina (tendida en el suelo) básica. Se puede realizar en el descanso entre otras posturas y como relajación final después de nuestra práctica de yoga.Parece engañosamente sencilla a simple vista, es una de las asanas más fáciles de realizar en cuanto a requerimientos físicos pero muy complicada de dominar.
Savasana cambia con la práctica, durante al relajación final nuestra postura será más completa que al comienzo, el resto de posturas habrán estirado y relajado los músculos de forma progresiva.
Savasana no nos planeta un reto físico, de equilibrio, fuerza o flexibilidad, la gran dificultad de esta asana es mantener la consciencia sin esfuerzo. Observar nuestra respiración más calmada sin alterarla. Integrar nuestro cuerpo y mente mientras nos mantenemos pasivos
La superficie posterior del cuerpo está casi totalmente en contacto con el suelo, en completo apoyo y equilibrio. Es imposible caernos o desequilibrarnos en Savasana, por eso los múscuculos posturales pueden relajarse por completo en esta posición.
En la postura del cadáver tenemos el centro de gravedad lo más bajo posible, es el punto de partida de la mayor parte de posturas supinas (el puente, el arado...).
En Savasana, las partes de nuestro cuerpo en contacto con el suelo son las curvaturas primarias: la parte posterior de los talones, pantorrillas, muslos, nalgas, columna dorsal, escápulas y cabeza.
Por otro lado, permanecen separadas del suelo y sin sostener el peso de nuestro cuerpo, las curvaturas secundarias del cuerpo: el hueco posterior de los tobillos, la parte posterior de las rodillas, la región lumbar y la zona cervical de nuestra columna.
En estas zonas del cuerpo separadas del suelo, es donde podemos adaptar algunos materiales para ayudarnos a alcanzar una relajación final plena. Mantas, cojines o bloques de yoga nos ayudarán a liberar esas curvaturas secundarias del cuerpo y fundirnos más con la sensación de apoyo de nuestro cuerpo. Es muy común utilizar estos soportes sobre todo en dos zonas, la lumbar y la parte posterior de las rodillas. Si te cuesta adoptar Savasana o quieres realizar la relajación final por varios minutos, prueba a colocar una manta doblada en estos dos puntos para que te permita tener más apoyo.
Cómo alcanzar la postura
Esta posición, al contrario de lo que puedan pensar muchos, no es solo tumbarnos, cerrar los ojos y ya está. Trabajaremos nuestro cuerpo hasta alcanzar una Savasana plena que se adapte a nuestra curvaturas y tipo de cuerpo.Tiende tu cuerpo boca arriba sobre la esterilla, separa ligeramente las piernas y hazlas rotas hacia dentro y hacia fuera, dejándolas caer finalmente hacia los lados.
Repite este mismo paso con los brazos y déjalos caer a ambos lados del cuerpo con las palmas de las manos hacia arriba.
Rota la columna para centrarla volviendo la cabeza hacia un lado y otro.
Siente la gravedad en tu cuerpo, las partes que se apoyan y el peso que el resto del cuerpo ejerce sobre ellas. Déjate llevar por esta sensación para sumergirte en una relajación profunda.
Siente tu respiración, la subida y la bajada de tu abdomen.
Durante Savasana reducimos la pérdida de energía (muy necesario después de las prácticas más intensas), el estrés se queda a un lado, disminuye el ritmo respiratorio y cardíaco y todo nuestro organismo descansa.
¿Savasana tiene que ser simétrica?
Si observamos esta sana desde fuera podríamos decir que es simétrica, que los brazos y piernas se colocan de forma refleja en los dos lados de nuestro cuerpo.Sin embargo, el logro de esta simetría no tiene que entrar en conflicto con lo que sentimos en nuestro propio cuerpo. Lo que parece simétrico no es siempre lo que se siente simétrico.
Para trabajar en ello podemos colocarnos en Savasana lo más simétricamente posible y observar como se siente nuestro cuerpo, si tenemos que adaptar la postura para sentirnos más cómodos.
Otra posibilidad es dejar de lado la simetría y adoptar la postura del cadáver buscando únicamente la comodidad y quietud internas. No es necesario estar simétrico para encontrar equilibrio y armonía, al fin y al cabo, los cuerpos humanos no son inherentemente simétricos.
La respiración en Savasana
Con esta asana queremos alcanzar un estado de consciencia tranquila, que es algo bastante diferente al sueño.En Savasana nuestro cuerpo está en reposo absoluto, nuestros músculos han dejado de competir con la gravedad y podemos dedicar todos nuestros esfuerzos a mantener una atención plena sobre la respiración. Observamos, pero no controlamos, un trabajo tremendamente difícil.
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